Hercule Poirot descubre que el “médium” , en este caso la señora Maigret, no ofrece solamente el soporte del descubrimiento del crimen, que es, en suma, el descubrimiento del autor del mismo, sino que conduce al planteamiento del acto criminal, en este caso, la conspiración mediática; la ya tan mencionada y anunciada “batalla mediática” de la operación Libertad Duradera. En esta carta, el detective sugiere que es necesario, ahora, avanzar en la terapia.