Kaste, Nando y David, padres putativos de este programa junto al gran Julius, nos visitan para celebrar la centena a la sombra del cocotero. Nos traen discos, anécdotas y el regalo de su presencia, prolongada poco después en el bar sanabrés entre raciones de oreja, teorías sinusoidales, cerveza de barril y vino blanco. Si escuchan el programa o echan un vistazo a la lista de canciones verán que, en aquellos entonces, La Isla de Encanta estaba habitada por moradores sin prejuicios. Un pequeño regalo para nuestros oídos, que no todos los días se ponen cien velas a la tarta.